viernes, 21 de enero de 2011

EPR: NARCOTRAFICO, GUERRILLEROS O REVOLUCIONARIOS


Extracto de El Insurgente Nº 131
NARCOTRAFICO, GUERRILLEROS O REVOLUCIONARIOS

Guerrilleros y revolucionarios son dos conceptos y categorías muy diferentes que a menudo causan confusión porque a lo largo de la historia de la humanidad la táctica de la guerra de guerrillas ha sido utilizada por los revolucionarios; y porque recientemente en el siglo pasado la prensa escrita se ha limitado a señalar o calificar a los revolucionarios como “guerrilleros”, “rebeldes”… omitiendo el concepto revolucionarios.

Ante los actuales acontecimientos de violencia que está viviendo el país y en particular el pueblo de Michoacán, se hace necesario hacer aclaraciones y precisiones de carácter teórico conceptual que vengan a dar claridad política e ideológica a nuestro pueblo. 

En primera instancia debemos precisar que el término “guerrillero” alude a todo aquel grupo u organización que sin importar su ideología, concepción y objetivos, utiliza la táctica de la guerra de guerrillas para conseguir ya sea objetivos políticos y económicos legítimos, o en contraposición a los anteriores, intereses mezquinos que tienen que ver con enriquecimiento de delincuentes, oligarcas o países imperialistas que se benefician con este tipo de acciones. Así puede ser guerrillero el que enarbole ideas revolucionarias hasta el que enarbola concepciones reaccionarias y hasta fascistas. Lo que distinguirá a uno del otro será la ideología y el fin de la utilización de la táctica de la guerra de guerrillas, que puede ser con intensiones sociales de progreso de la humanidad o de plano para sostener o tratar de restaurar regímenes caducos como por ejemplo el capitalismo. 

En términos de confrontaciones militares la táctica de guerra de guerrillas es utilizada para hacerle frente a un enemigo superior en número de efectivos, armamento, y en general en todo lo que tiene que ver con logística y pertrechos, táctica que brinda la posibilidad de planificar y ejecutar acciones que hagan frente efectivo a dichas fuerzas superiores, estribando el éxito de la táctica en la movilidad de las fuerzas inferiores. 

Ahora bien en la historia hay innumerables ejemplos de esta táctica utilizada por los revolucionarios, pero también, por mercenarios y paramilitares al servicio del imperialismo e intereses mezquinos. Citaremos tres ejemplos, el primero tiene que ver con nuestra propia historia como pueblo y que a decir verdad no es el único, hay muchos pero sólo enumeraremos los más recientes del siglo pasado, por ejemplo la revolución mexicana se inició y terminó con la táctica de la guerra de guerrillas practicada en sus inicios por el Partido Liberal Mexicano, con Ricardo Flores Magón de dirigente, seguida por Villa y Zapata hasta culminar con la apropiación y traición de ésta de parte de la naciente burguesía mexicana, y más recientemente por los grupos revolucionarios que surgieron en las décadas de los sesentas, setentas y ochentas, entre ellos el PROCUP, antecesor de nuestro PDPR-EPR. Pero también en un intento por retroceder la rueda de la historia la iglesia católica mexicana con el movimiento cristero hizo uso de esta táctica. 

En Cuba por ejemplo la revolución triunfante del 59 utilizó la táctica de la guerra de guerrillas, pero también la contrarrevolución organizada desde el imperialismo estadounidense intentó utilizar esta táctica con grupos de mercenarios contratados ex profeso para derrocar al naciente Estado socialista. 

En toda América Latina y en el mundo entero Estados Unidos de Norteamérica ha utilizado esta táctica para desestabilizar gobiernos democráticamente electos, para armar escenarios favorables a sus intereses intervencionistas, en una palabra, para seguir dominando y subyugando a pueblos y naciones enteras. 

Mientras que el concepto REVOLUCIONARIOS es una categoría ideo filosófica que se le da a todo aquel luchador social, miembro o no de una organización o grupo que se proponga transformar radicalmente a la sociedad, es decir, de raíz a una sociedad determinada, éstos tienen una estrategia, táctica, metodología de construcción, lineamiento político y un plan o propuesta de proyecto de país, pero sobre todo enarbolan ideas y principios revolucionarios que superan en todos los sentidos a la sociedad determinada que se esta combatiendo. 

En términos filosóficos es la negación de la negación, es decir, la sustitución de una sociedad caduca por una nueva con una organización económica, política y social cualitativamente superior a la anterior, así en la historia de la humanidad han existido diferentes modos de producción y regímenes políticos que han desplazado a los viejos por los nuevos en diferentes revoluciones de carácter distinto de acuerdo a la época y circunstancias políticas concretas de cada región, país o continente, a grandes rasgos tenemos que la sociedad esclavista fue superada mediante revoluciones para arribar a una sociedad feudal, y a su vez ésta por la sociedad capitalista, en tanto que esta última ya ha sido superada desde el siglo pasado en algunos países por la sociedad socialista. 

Así que como se verá existe un gran trecho entre uno u otro término, que para ser precisos un guerrillero no necesariamente es revolucionario, mientras que un revolucionario puede ser guerrillero o no. He ahí la confusión que puede generar. No obstante para mayor claridad política a nuestro pueblo mexicano analizaremos concretamente el fenómeno del narcotráfico que hoy pretenden inconsciente o deliberadamente presentar como un movimiento guerrillero con reivindicaciones sociales. 

De nuestra parte hemos insistido y sostenido la tesis de que la llamada delincuencia organizada, entiéndase por ello también el narcotráfico, está organizada desde y para el Estado, para justificar una serie de medidas de corte fascista e intervencionista que satisfaga intereses mezquinos de una minoría en el país y otro puñado de oligarcas en el extranjero protegidos por el imperialismo estadounidense. Seguimos sosteniendo esta tesis y agregaríamos que cada vez más se va configurando y desenmascarando esta realidad. 

Demos un vistazo a los últimos acontecimientos y hagamos un breve análisis y reflexión. Ya desde el arribo a la presidencia en el 2000 con Vicente Fox se venía utilizando facciosamente el término “delincuencia organizada” tratando de enmarcar dentro de ese término al movimiento revolucionario y popular para justificar la creciente represión ejercida por el recién estrenado gobierno panista, después con la imposición de Calderón Hinojosa se siguió insistiendo en ello y se agregó la creciente ola de violencia y terrorismo de Estado, que ya se venía dando en el país, llegando a firmar un acuerdo llamado Iniciativa Mérida donde se le abren las puertas de par en par al imperialismo yanqui para la injerencia en asuntos internos de seguridad y soberanía nacional. Así las cosas con el de las manos limpias se le declara la guerra al llamado “crimen” o “delincuencia organizada” desatando una guerra contra el pueblo, violando derechos humanos y constitucionales masivamente y además saqueando a través del ejército, la policía federal y la marina, llegando a utilizarlos como ariete para sus intereses políticos y económicos, ejemplo vivo de ello es Michoacán. 

Desde las entrañas del imperialismo se vierten los conceptos de “narco insurgencia” y “narco guerrilla” evidenciándose claramente las pretensiones del imperialismo. Después de diferentes hechos similares en Nuevo León y otros estados del norte, en Michoacán se dan una serie de actos violentos que devinieron en enfrentamientos entre presuntos miembros del narcotráfico y policías federales, ejército y marina, resultando de ello la imposición del terrorismo de Estado en Michoacán, explotando al máximo mediáticamente esos hechos para pretender legitimidad una vez más el gobierno espurio de Calderón. 

Y para agregar otro ingrediente más, el hasta entonces llamado “cartel de la Familia Michoacana” en panfletos o comunicados fechados en este mes de diciembre se autodenomina como grupo “guerrillero” con reivindicaciones de carácter social, haciendo una mezcla de ideas sueltas que denotan o bien una artera provocación al movimiento revolucionario armado o en el peor de los casos una tremenda ignorancia política e histórica social. Cualesquiera que sea de estas dos cosas le viene como anillo al dedo, mandado hacer a la medida de las pretensiones por un lado del grupúsculo de oligarcas que impuso a Calderón en el poder, y por otro con mayor eco a las hóstiles intensiones del imperialismo norteamericano de invadirnos directamente una vez más so pretexto de que como pueblo y nación somos incapaces de garantizar “la paz y el orden social”, que dicho sea de paso no sería la primera vez que nuestros vecinos del norte con ese ya clásico argumento pongan sus botas militares en nuestro país.

Seguimos sosteniendo que los acontecimientos violentos que están sucediendo en Michoacán y en todo el país están siendo manipulados directa o indirectamente por el gobierno de Calderón y el imperialismo norteamericano para justificar un plan contrainsurgente que se viene aplicando desde hace tiempo en nuestro país, esto sólo es una etapa superior en sus maquiavélicas y sádicas mentes criminales bajo la estrategia de Guerra de Baja Intensidad. 

¿A quién más conviene que exista una confrontación de esas dimensiones, carácter y por los motivos esgrimidos? Obviamente a Calderón y al propio imperialismo norteamericano. 

A Calderón porque es un hombre con tendencias paranoides, esquizoides y narcisistas que busca a toda costa legitimidad y perpetuidad en el poder, y con tal de satisfacer sus mezquinos intereses es capaz de venderle su alma al diablo si éste existiera, pero como el monstruo más próximo e este mítico personaje es el imperialismo yanqui, le ha entregado no sólo nuestros recursos naturales, sino el país entero sin importarle el derramamiento de sangre que ello implica. 

Al imperialismo porque un escenario como el que estamos viviendo en nuestro país representa una oportunidad de oro para salir de la gran crisis económica que atraviesa y de la cual pretende salir poniendo en marcha la maquinaria bélica en todo el mundo. Sólo para hacer un simple ejercicio lógico de reflexión ¿De dónde vienen las armas que están en la batalla tanto de un lado como de otro? De la industria armamentística de nuestro vecino país del norte. 

¿Qué gana el pueblo mexicano con los actuales acontecimientos? Nada en absoluto, sólo sigue poniendo como siempre los muertos en una “guerra” que beneficia a un puñado de adinerados. ¿Será el narcotráfico la solución a los grandes problemas de pobreza, miseria, atraso cultural y de educación que padece el pueblo mexicano? Claro está que no, por el contrario eso sólo ensancha más la brecha entre ricos y pobres y promueve aún más el atraso, no hay que olvidar y perder de vista que el narcotráfico es una industria muy rentable y como tal está sujeta a las leyes del capital y hoy en día a la lógica neoliberal, en el mejor de los casos sólo se traduce en paliativos que prolongan la agonía de un régimen caduco. 

¿Coincidencia o acción deliberada, que en las zonas de influencia del movimiento revolucionario, estos “guerrilleros” estén haciendo el trabajo sucio del Estado, acciones propias del paramilitarismo, al más puro estilo de la contrainsurgencia norteamericana? Por los hechos y la realidad imperante más se apegan sus acciones a las del paramilitarismo que a las de un movimiento con reivindicaciones sociales. 

Es obvio que los asaltos que sobrevinieron después del operativo de las fuerzas federales tiene como mensaje el desestabilizar al estado de Michoacán y a un gobierno que no ha sabido resolver los problemas que vive el pueblo, desestabilización artificial para justificar la militarización y los desmanes de las fuerzas federales. Queda claro que el operativo para el asesinato de a quien dicen que es el jefe de “la familia michoacana” trocó en fracaso. La militarización que vive Michoacán sólo la podemos entender como consecuencia de vivir en un estado policíaco-militar, ¿Qué dirán los que dieron su voto útil para que llegara el PAN a los Pinos? 

Reiteramos una vez más que como PDPR-EPR estamos por la transformación profunda de la sociedad mexicana, por la construcción de una sociedad socialista; que somos pueblo; estamos inmersos en el seno de él y como tal tenemos ojos y oídos que nos permiten ver, analizar y comprender la realidad. Estamos plenamente convencidos que la solución a los grandes problemas que acechan al país no vendrá de las caducas estructuras gubernamentales, ni de redentores o el altruismo clientelar por mucho dinero que éstos estén dispuestos a invertir, porque eso es lo que hacen, invertir a su negocio. 

La solución a los problemas del país sólo podrá llevarse acabo plenamente por la propia participación e incorporación del pueblo a la resolución de los mismos.

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